Las leyes de zahoneo (I)

Hay un tal Murphy que tiene unas cuantas leyes. Otros tantos autores han elaborado las suyas. Y mucha gente en lugar de pararse un poco a pensar y meditar y montarse su propio código, utilizan los que han montado otros.

Ya desde temprana edad renegué de los que decían como tenia que comportarme con respecto a tal cosa y tal otra, y empecé a comportarme tal y como sentía que era correcto y adecuado.

Más tarde, cuando uno empieza a pensar un poco y a ver que es lo que ocurre a su alrededor, se empezaron a formar una serie de ideas abstractas dentro de zahoneo, que poco a poco tomaron forma.

Estas ideas, o leyes, o código, llamemoslo x, es lo que rige los actos de mi persona.

Si bien nunca había intentado ponerlo por escrito, el ejercicio de compartirlo con el mundo me ayudará también para ordenarlas un poco. Seguro que habrá algunas que no se pueden poner delante de otras, pero la primera de ellas si que puedo decir que condiciona todas las demás.

Así que vamos al lío.

Ley de zahoneo I: La única verdad que conoce el hombre(*) es que va a morir

Estamos inundados de ciencia, tecnología, ideologías, religiones, credos, y muchas más cosas que persiguen o prometen la verdad, la única verdad.

Que si esto esta equivocado, que si esto otro es la verdad, que si aquello es mentira.

Otros hablan de que nuestros sentidos nos engañan, y dicen incluso que no somos capaces de distinguir si estamos dormidos o despiertos.

En fin, respetos al máximo y al mínimo, pero en mi modesta opinión señoras y señores, lo que si que se que es verdad es que tarde o temprano (confiemos en que sea tarde) voy a morir.

Y no solo voy a morir yo, van a morir todas las personas que en algún momento he conocido, conozco y conoceré, ya sean familiares, amigos, compañeros de trabajo...

Ser consciente de este hecho nos lleva a realizarnos toda una serie de preguntas y cuestiones, que pueden derivar en algunas conclusiones realmente interesantes.

Uno se plantea si hace lo que quiere, o lo que puede, o lo que le dejan.

Uno se plantea si lo que hace tiene alguna recompensa, o lleva a algún sitio, o solucionará o servirá para algo.

Y entonces, uno se da cuenta de que cada día es un paso que da hacia el destino final.

Si supiésemos cuando vamos a morir, podríamos comparar entre unos y otros en términos de que cada día que pasa supone que la vida se le va mas rápido a unos que a otros.

Pero por desgracia o por suerte no lo sabemos. Incluso algún enfermo terminal al que le diagnostican tres meses de vida se puede encontrar con que vive durante un año o incluso más.

Entonces, que hacer? hacemos un calendario y vamos tachando los días? preparamos una lista lo más exhaustiva posible con todo lo que tenemos pendiente por hacer? vivimos cada día tan intensamente como nos sea posible por si resulta ser el último?

Complicado dar respuesta a estas preguntas, más aun cuando primero hacemos lo que nos dejan, luego lo que podemos, y por último lo que queremos.

A mi realmente me gustaría hacer siempre primero lo que quiero, pero... siempre hay peros, y ese es el problema.

Aunque no es un problema sin solución.

Ser consciente del final, asumirlo y aceptarlo, hace los colores más vivos, las emociones más intensas.

Una simple sonrisa, un sencillo mensaje, un "llámame si necesitas algo", ayuda, ayuda mucho, y permite dar esos pasos en el camino con otro punto de vista.

Concluyendo, lo importante no es recorrer el camino, ya que aunque no queramos, lo vamos a recorrer, lo importante es donde pisamos y con que fuerza.

Aquellos que hayan leído hasta aquí, escuchad a vuestro corazón, os dirá donde pisar, consultadle a vuestra mente, os dirá que fuerza emplear, y decídselo a los vuestros, para que os acompañen en el camino.

Podría seguir escribiendo, pero si con lo que he escrito no he conseguido transmitir nada, mejor dejarlo aquí para no aburrir a nadie.

Ahora solo me queda pensar en cual será la próxima ley de zahoneo que exploraremos.

Gracias por leerme, y ya sabéis, si tenéis cualquier comentario, duda, consulta o añadido que hacer, adelante, estáis más que invitados ;D

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(*) Que no se me tiren al cuello las féminas, donde pone hombre se puede poner mujer, aquí esta utilizado para referirse a la condición humana.