viernes, 2 de febrero de 2007

La fimosis y yo (Primer capítulo)

La presente es una historia basada en hechos reales, o sea, que ocurrieron de verdad, cuyo protagonista es alguien al que algunos conocéis en persona y otros solo virtualmente, o sea yo.

No puedo describirla como una historia de miedo o terror, pero es una historia de sufrimiento y dolor. Nos abstendremos de ilustrarla gráficamente, pero descripciones serán explicitas, cuidado las personas sensibles, sobre todo los hombres.

A ellos les diría que no leyesen esto en solitario, pues el impacto podría ser tal que llegase a privarles de conocimiento.

Todo empezó con una revisión de estas que hacen en la escuela.

Un señor ataviado con bata blanca, observo aquello y sentenció:

- Pues esto va a ser fimosis, pero además de la buena de verdad. Habrá que operar

"... habrá que operar ... habrá que operar ... habrá que operar ..."

Esta frase resonó en mi cabeza como si del fantasma de las navidades pasadas se tratase. No recuerdo bien la edad en la que me vaticinaron tan funesto destino, lo que si recuerdo es que causo una desazón en mi interior que tardaría años en desaparecer.

El tiempo pasó, uno fue creciendo, y la fimosis también, claro, no se iba a estar quieta.

Uno cumplió 17 primaveras, y claro, quedaba menos de un año para que la criatura llegase a la mayoría de edad, edad en la que se supone que uno va a necesitar su cosita para hacer cosas de mayores...

En fin, el caso es que el destino se cumplió y una mañana temprano, uno tubo que armarse de todo su valor y acudir al quirófano, acompañado por supuesto de mama, una madre que apoyo en todo momento a la criatura, pues aunque no se lo hubiese dicho, sabía por lo que iba a pasar.

En sabiendo que cuando le operan a uno la zona tiene que estas higiénicamente limpia, sin macula alguna, uno mismo procedió a rasurar todo aquello que cubre un slip.

Con el asunto tan suave como el culo de un bebe, y sin un pelo, tal y como uno vino al mundo, me puse la bata, una de esas que se cierra por detrás, con cuidado de que mi joven trasero no quedase al descubierto, ignorante de la carnicería que en pocos minutos habría de sufrir.

Y allí estaban esperando, como si de una cuadrilla de toreros se tratase, el cirujano, la enfermera, la anestesista y dos alumnos en prácticas me dieron el recibimiento en el ruedo del quirófano.

Estoy convencido de que la anestesista disfrutaba con este tipo de acontecimientos, ya que, aunque la anestesia era total, se las apaño para que en ningún momento perdiese la consciencia.

Una extraña niebla cubría mis ojos. y los sonidos me llegaban distorsionados, como en la distancia.

Una sabana verde me impedía ver que ocurría de mi pecho hacia abajo, pero estaba claro que el cirujano estaba haciendo su trabajo, una faena que le llevaría a la gloria, pues cuando empezó a trajinar, se dirigió a mí directamente:

- Sí señor, te felicito, en mí vida había visto una fimosis tan hermosa como esta. Manos a la obra.

El prepucio es un pellejo que la madre naturaleza a puesto graciosamente en el pene del hombre para cubrir su glande, y mantenerlo protegido de cualquier daño y suciedad.

Cuando uno tiene fimosis ocurre que el prepucio no llega retirarse completamente para dejar al glande al descubierto.

Normalmente solo queda un centímetro o medio, con una pequeña intervención queda resuelto el problema.

El cirujano me felicitó, porque en mi caso, ni un solo milímetro de glande dejaba al descubierto mi prepucio, porque prepucio mío, porque...

Aquel hombre decía cosas mientras yo escuchaba el sonido de instrumental. Alguna vez habéis escuchado el sonido de cortar el pellejo de un pollo crudo con tijeras? haced la prueba, y sabréis cual es el sonido que escuche antes de ver como un fino hilo de sangre aterrizaba sobre el delantal del carnicero.

No cabía duda, ya había empezado, solo me quedaba esperar y encomendarme a todo lo posible para salir de allí entero y de una pieza.

Mi noción del tiempo se desvaneció por completo, pero más tarde me enteré de que estuve en aquella mesa casi dos horas.

Y uno se pregunta, que tiene este chico ahí puesto, para que el cirujano se pase casi dos horas trabajando? pues creedme si os digo que no es nada excepcional, lo excepcional fue la solución que se hubo de aplicar, una solución que resulto en 30 puntos.

Como es posible que en tal parte quepan 30 puntos? muy sencillo. Se toma el prepucio y se realiza un corte longitudinal en el frenillo. Se corta la parte superior del prepucio, el resto que queda se baja sobre el pene. En ese punto se cose todo el frenillo, y todo el prepucio alrededor del pene, como si fuese una corona de espinas.

Chicos, si alguna vez queréis saber lo que es el dolor, pedid que os sometan a una operación como esta, puedo recomendaros al cirujano.

En un determinado punto de este proceso que no sabría ubicar en el tiempo, el cirujano se dirigió a la anestesista diciéndole:

- Cuidado, el chico se esta quedando pálido.

La anestesista se volvió a mí inmediatamente:

- Te encuentras bien?

- Sí, sí...

Acerté a pronunciar entre nubes mientras intentaba dibujar una sonrisa que quedo en extraña mueca.

- No, no, si me refiero al alumno, traedle una silla.

Y es que de los alumnos en practicas que observaban las evoluciones del maestro, uno de ellos era varón... tan dramático debía ser el espectáculo que estaba presenciando que llego a marearse allí mismo.

Después de mucho suturar y limpiar se dio la orden de que me despertasen.

En unos minutos salía de aquella sala, con todo el asunto envuelto en abundantes gasas y sobre el vientre. Tal parecía que me habían puesto pilas nuevas, se podía decir que llevaba un buen paquete. Al cirujano le concedieron las dos orejas y el rabo.

Y en este punto dejo el relato, pues recordarlo me ha traído cierto desasosiego.

Si habéis sido capaces de leerlo y tenéis curiosidad por saber como es la recuperación de una operación de estas características, estad atentos. Cuando consiga recuperarme para volver a recordar os lo relataré.

Suerte chicos, espero que no tengáis pesadillas esta noche.

5 comentarios:

MeTis dijo...

jiji todo esto me resulta familiar...
perdona chaval, vosotros podeis pasarlo mal en la operacion pero si te cuento lo que me paso a mi y como casi me desmayo por vuestro jodio prepucio...
en fin, ahora que nadie nos oye...
no se la edad que tendria, pero empece a salir con mi novio. Claro, una es joven y todavia no se lanza directo al asunto en cuestion en unos dias, asi que mi novio y yo nos dedicabamos a "jugar" uno encima del otro, pero ojo¡ con ropa puesta. Mi sorpresa y desazon fue cuando mi novio pego un pequeño grito. Asustada mire que le pasaba y empece a ver como su vaquero quedaba inundado por una gran mancha de sangre que no paraba de manar no sabia de donde.. "joder, si no he sido tan bruta¡" pensé yo. Y venga correr sangre.. ninguno de los dos sabiamos que pasaba, yo solo veia que el pobre chaval se quedaba blanco y se estaba desangrando a lo bestia... encima estabamos encerrados en su habitacion, los padres en la habitacion de al lado y no podiamos ir al baño sin que nos vieran.. todo el suelo estaba quedando manchado de sangre y no sabiamos que hacer. mas que nada por la gran congoja y miedo que tenia yo, pues ya estaba empezando a marearse de la impresion.. En fin, y mira si eramos tntos que eso nos paso otras dos veces antes de que decidieramos ir al medico¡¡¡ no era si era fimosis precisamente pero era lo mismo que no se retiraba, le hacia daño y sangraba.. pero eres un exagerado, con él fueron dos minutitos de nah, un cortecito y para casa.. lo malo fue explicar que era lo que le pasaba que llegaba ese paquete tan grande en el pantalon.. a ver como deciamos que eran gasas... uff, una experiencia para olvidar..

y de esto que no se entere nadie¡¡

besos

zahoneo dijo...

ostras, pues si que fue dramática la situación, menos mal que termino por resolverse.

exagerado? afri? estas por ahí? puede s confirmar o desmentir la operación que me realizaron?

afri dijo...

Si,estoy aquí y puedo asegurar que no aumenta una pizca,fué muy duro y no cuento más se lo dejo al protagonista,pero si os aseguro que tardarón dos horas,tambien decir que la culpa de la tardanza fué de los médicos,la fimosis se la vieron a los 11 años,pero estamos hablando de 19 años atrás y antes no era como ahora,me dijeron que se quitaria sola....bueno que al empezar a jugar el niño con su cosita a muchos se les soluciona solo,no se si no jugó mucho o si lo hacia y le dolia desistió de seguir sufriendo,al cumplir los 16 hable con un médico en el hospital y al trabajar yo alli,me dijo afri traele y le vemos....aqui sigue lo que el relata.

afri dijo...

Metis,te doy un consejo para tu dolor de cabeza,según he leido tu dolor de cabeza es nervioso,pués bien en la farmacia venden una tisana que se llama MILVUS,tómate una por la noche después de cenar y el ibuprofeno lo tomas cuando te duelan las piernas,brazos o muelas y acompañado de un protector estomacal,te lo digo por esperiencia.

MeTis dijo...

afri, tomare nota e ire a la farmacia. de todas formas no entiendo porque el ibuprofeno estan malo, a mi me lo receto el medico y no me dijo nada de que fuera fuerte. de todas maneras gracias.

besos